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Cuando se van acercando citas electorales de cualquier índole, ya sean elecciones generales, autonómicas, municipales, o comicios al parlamento europeo, una de las actrices principales que entran a escena son las encuestas de intención de voto.

En el ejemplo concreto que hoy os traemos aquí, vamos a intentar aclarar algunos conceptos que todo el mundo debería tener claros a la hora de procesar o interpretar los datos ofrecidos por cualquier encuesta.

Lo primero que debemos saber es que una encuesta es un tipo de estudio estadístico en el cual se hacen una serie de preguntas o se plantean cuestiones a una serie de individuos en referencia a cualquier tema. En nuestro caso, ya hemos comentado anteriormente que nos vamos a centrar en encuestas sobre intención de voto.

Para que la encuesta ofrezca datos fiables debe cumplir una serie de requisitos, como por ejemplo la estratificación por sexo, edad, situación económica, etc. Hay muchos factores a tener en cuenta a parte de los anteriormente citados, pero no es la intención de este artículo entrar en esos aspectos.

Nuestro principal objetivo y lo que buscamos con estas líneas es dejar claro que hay una frontera hasta la cual las matemáticas y la estadística son protagonistas. Sin embargo, si traspasamos dicha frontera o línea de seguridad, ya no serán las ciencias exactas las responsables de los datos que visualicemos.

Vamos a intentar poner sobre la mesa otras claves que creemos son muy importantes a la hora de interpretar los resultados que pueden ofrecernos una encuesta. Para ello tomamos como ejemplo la que ha sido publicada estos días en varios medios de comunicación locales de Puertollano (Ciudad Real). Os dejamos el enlace a la página web de la “Cadena SER”, en donde aparece la noticia que os comentamos.

Noticia de «cadenaser.com» en Puertollano

En esta noticia podemos encontrar una gráfica al comienzo de la misma, en la que se detallan los tantos por ciento de estimación de voto para cada uno de los partidos que presentan candidaturas a las elecciones municipales de 2019. Si sumamos todos los porcentajes de las distintas formaciones obtendremos un total del cien por cien de los votos.

Aquí es donde podríamos plantearnos varias preguntas: ¿No hay votos nulos o en blanco? ¿Por qué no aparecen los indecisos? ¿Y los que no piensan votar?

Vamos a ver si podemos ir resolviendo todas estas dudas y van quedando claros conceptos muy importantes sobre las encuestas y sus resultados. Lo primero en lo que debemos fijarnos es en la letra pequeña que aparece justo encima del gráfico de barras. En ese título podemos observar que pone “Estimación de voto”, y justo debajo, entre paréntesis, vemos que pone “Intención de voto + simpatía + preferencia”. A continuación nos indican que en los resultados no están incluidos los votos nulos, en blanco y las abstenciones.

Por lo tanto ya podemos sacar la primera conclusión al observar los datos de una encuesta, y es que cuando nos hablan de “Estimación de voto” no se incluyen en los datos finales los votos nulos, en blanco, las personas que no piensan votar y tampoco se incluye la opinión de los indecisos.

Ahora vamos a ayudarnos de otro artículo en otro medio de comunicación local de Puertollano, que también hace referencia a la encuesta anterior. Os dejamos el enlace de la página web de “miciudadreal.es”, donde podréis ver la noticia a la que hacemos referencia.

Noticia de «miciudadreal.com» en Puertollano

Si leémos el artículo atentamente, nos damos cuenta que comienza haciendo referencia a la “Estimación de voto” y nos indica que el partido ganador obtendría un 40,2 % de los votos en unas hipotéticas elecciones municipales. El dato es exactamente el mismo que en la primera noticia que os hemos indicado.

Además, ya sabemos que en la estimación de voto se incluye la intención de voto y la simpatía o preferencia por esa opción política en concreto. Llegados a este punto es cuando debemos introducir otro concepto importante que nos viene rondando desde hace unas cuantas líneas, y no es otro que la “Intención de voto”.

Y aquí es donde vamos a intentar dejar claro que “Estimación de voto” e “Intención de voto” son conceptos totalmente distintos, pero que al expresarse de forma similar pueden llevar a equívoco. De hecho, si seguimos leyendo este segundo artículo podremos observar que se introduce el concepto de “Intención de voto”, señalando que el partido ganador obtendría un 24,94 % de los votos.

Aquí es donde podemos empezar a sospechar que algo no cuadra en todo este desarrollo, ya que hay una diferencia de más del 15 % entre un dato y otro. Vamos a intentar sacar conclusiones coherentes de todo esto y a explicar que es lo que está ocurriendo.

Para ello debemos tener claro que significa “Intención de voto”. No es ni más ni menos que la respuesta a esta pregunta en cualquier encuesta sobre intención de voto: “Si mañana se celebrasen elecciones municipales en tu ciudad, ¿a qué partido votarías?”. Por lo tanto, podemos decir que la “Intención de voto” es un parámetro que mide exactamente lo que el encuestado ha contestado a esta pregunta, sin ningún tipo de filtro o manipulación posterior.

Sin embargo, la “Estimación de voto” incluye parámetros ajenos a lo que es la encuesta en sí, ya que para obtenerlo se le aplica al porcentaje de la “Intención de voto” modelos de corrección basados en otras variables de la encuesta, como por ejemplo resultados electorales anteriores, situación económico-social de los encuestados, la experiencia pasada e informaciones de tipo cualitativo.

Para que lo tengáis claro, a esto que os acabamos de contar es a lo que las mismas empresas que hacen encuestas lo llaman “cocinar los resultados”. De esta forma, cada empresa demoscópica modifica los datos de «Intención de voto» para adecuarlos más a la realidad, ya que se considera que las respuestas directas obtenidas en la encuesta son resultados «en caliente» que no representan con total certeza la situación que se está estudiando. Se da la circunstancia de que cada empresa aplica estas correcciones de una u otra forma, según su experiencia o modo de trabajo.

De hecho, el propio CIS (Centro de investigaciones sociológicas) nunca ha hecho público como aplica sus correcciones a las encuestas que ha realizado. Tan solo se sabe que estas correcciones dependen en gran parte del consejo directivo que en ese momento dicte las pautas a seguir en este organismo.

Por lo tanto, debes tener claro que la labor de las matemáticas y la estadística terminan cuando hablamos sobre la “Intención de voto”. A partir de dicha frontera, poco tienen que decir las ciencias exactas, ya que la “Estimación de voto” incluye, como hemos visto antes, parámetros cualitativos ajenos totalmente a cualquier campana de Gauss.

Es cierto, que muchas veces se mezclan ambos conceptos en una misma noticia o artículo, o se omiten datos de estimación o intención, provocando confusiones que nada tienen que ver con la estadística y las matemáticas. Esperamos que llegados a este punto tengáis claro que las matemáticas nunca jamás os van a engañar. Una encuesta probablemente si. O puede que no.

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